Conectar a tu iglesia con la comunidad para un ministerio efectivo

Colaboración no solo es una palabra de moda hoy en día, sino también una necesidad para tener un ministerio exitoso en el mundo actual. Vivimos en un mundo con muchos desafíos, donde todos están observando cómo responderá la iglesia. Lo cierto es que los problemas y asuntos comunitarios son demasiado complejos para que cualquier iglesia, agencia y organización los resuelva. Es imperativo que la iglesia trabaje en conjunto con otros para traer soluciones a las problemáticas que enfrentan las comunidades a las que servimos. La colaboración es la clave que reduce la duplicación de nuestros esfuerzos, maximiza el impacto de nuestros ministerios, y fortalece la credibilidad de nuestra testificación por Cristo.

Por supuesto, el verdadero desafío no es que las personas sean contrarían a la colaboración en principio. Pocas personas que hemos conocido dirían que los cristianos no deberíamos trabajar juntos. Los mensajes bíblicos apoyando la colaboración práctica no deja dudas. Aquí hay solo algunos:

1 Corintios 12:12 y 13 dice: “De hecho, aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchos miembros, y todos los miembros, no obstante ser muchos, forman un solo cuerpo. Así sucede con Cristo. Todos fuimos bautizados por[a] un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo —ya seamos judíos o gentiles, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”.

Hebreos 10:24 y 25: “Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”.

Eclesiastés 4:9: “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo”.

Hay una brecha entre los valores expresados y la práctica real de las organizaciones cristianas, y allí está el mayor desafío. Desafortunadamente, muchos creen que la interacción traiciona su propia singularidad bíblica. Lamento que varios de mis compañeros adventistas del séptimo día tienen esta perspectiva exclusivista.

Una y otra vez citamos a Elena de White para mantenernos alejados de la comunidad cristiana general. Es cierto que Elena de White inicialmente fue una separatista que compartía la mentalidad de “puerta cerrada” de los ex milleritas sabatistas; pero al madurar en su teología con el paso de los años, se abrió a la conexión con la comunidad cristiana.

Por ejemplo, en la década de 1880 Elena de White unió fuerzas con la Liga de Temperancia de Mujeres Cristianas, un grupo de prohibicionistas protestantes. Ella habló en sus reuniones y hasta recomendó que algunos de los adventistas más talentosos deberían trabajar para esa organización. Además, aconsejó: “El Señor tiene sus representantes en todas las iglesias…”  “Debiéramos unirnos con otra gente tanto como podamos hacerlo sin sacrificar los principios”. 

“Siempre debe quedar de manifiesto que somos reformadores, pero no fanáticos. Cuando nuestros obreros entran en un nuevo campo, deben tratar de familiarizarse con los pastores de las diversas iglesias del lugar. Mucho se ha perdido por descuidar de hacer esto. Si nuestros pastores se muestran amigables y sociables y no actúan como si estuvieran avergonzados del mensaje que llevan, ello tendrá un excelente efecto, y puede dar a estos pastores y a sus congregaciones impresiones favorables de la verdad”. 

“Me ha sido dada luz en cuanto a que hay en la UPTMC quienes tienen los más preciosos talentos y capacidades. Mucho tiempo y dinero han sido absorbidos entre nosotros en formas que no darán recompensa. En lugar de esto, algunos de nuestros mejores talentos debieran ser puestos al trabajo para la UPTMC, no como evangelistas, sino como quienes aprecian plenamente el bien que ha sido hecho por esta organización. Deberíamos tratar de ganar la confianza de las obreras de la UPTMC, armonizando con ellas tanto como sea posible”. 

Creo que la razón principal por la que hemos experimentado esta grieta entre los valores declarados y la práctica real es que la mayoría de los líderes cristianos simplemente no tiene la habilidad práctica de la colaboración. En lo que resta de este capítulo compartiré contigo algunas herramientas y técnicas que he utilizado en mi experiencia personal.

Antes de ir a quienes no son parte de nuestra organización debe haber una comprensión del yo por parte del líder y de la iglesia. Cada líder debe confirmar su llamado de Dios para su vida y su ministerio eclesial. Para poder alcanzar a la comunidad, como líderes y como iglesia debemos amar a la comunidad. Nunca podemos alcanzar una comunidad a la que no amamos. Nunca llegaremos a las personas a quienes no estamos dispuestos a amar. Debemos ver a quienes forman parte de la comunidad como personas a quienes Dios ama y por quienes Jesús murió, y no solo como posibles miembros de nuestra iglesia.

Luego de mirar al líder y a la iglesia, considera las necesidades de tu ciudad y tu comunidad. Algunas de las necesidades en tu ciudad pueden ser evidentes, como un titular de periódico que dice: “Homicidio local relacionado con el crecimiento de las pandillas en la ciudad”. Algunas de las necesidades en tu comunidad pueden ser solo un susurro, como la impactante tasa de mortalidad infantil o de niños que sufren envenenamiento por pintura con plomo. Para conectarse con la comunidad, es esencial que la iglesia conozca a la comunidad que quiere ayudar y a las personas que tiene que servir.

Puedes encontrar información sobre tu comunidad al revisar las estadísticas disponibles en www.factfinder.census.gov. Este es el sitio web oficial de los Estados Unidos, y está lleno de diversos niveles de informes. Encontrarás más que información poblacional. Hay información sobre características sociales, económicas y habitacionales. También puedes descubrir datos sobre cuántas personas están desempleadas por incapacidad, cuántos están divorciados, o cuántos viven bajo el nivel de pobreza y mucho más. Esta información te ayudará en el desarrollo de tu ministerio de evangelismo.

Más allá de los datos estadísticos, te recomiendo que hables con personas que viven en la comunidad. Dedica tiempo intencionalmente a conocer y comprender la comunidad y las personas a las que fuiste llamado a alcanzar. Hay maneras muy simples de lograr esto:

▪           Charlas de porche: Ve de casa en casa en la comunidad y habla con las personas. Puedes usar una encuesta para direccionar la conversación.

▪           Asociaciones de cuadra / Clubes de calle: Algunas comunidades tienen grupos de personas que se reúnen regularmente para hablar sobre problemáticas y soluciones específicas de su localidad. Un representante de la iglesia debería ser miembro y asistir a esas reuniones, y la iglesia podría ceder sus instalaciones de vez en cuando para algunas de esas reuniones.

▪           Lugares populares en la comunidad: Ve a los lugares donde están las personas de la comunidad. Puede ser barberías y peluquerías, cafeterías, parques, restaurantes, etc. Solo comienza a pasar tiempo con las personas para conocerlas.

Mientras continuamos reuniendo información sobre la comunidad, también podemos comenzar a construir relaciones que podrían llevar a colaboraciones. Hay tres tipos de organizaciones con las que pienso que deberíamos construir relaciones, y con quienes valdría la pena ser compañeros comunitarios.

9.         Basadas en la comunidad: Observa qué organizaciones están trabajando a tu lado, en la vanguardia de tu comunidad. Las ONGS pueden descubrir que tus valores encajan bien con los suyos, aunque tú estés ofreciendo distintos tipos de servicios.

10.       Basadas en el gobierno: Las instituciones gubernamentales locales también pueden ser excelentes socios, así como los colegios y las instituciones educativas, que pueden ofrecer acceso a la población a la que sirve tu iglesia. Las colaboraciones que involucran al estado también son importantes por sus bancos de información.

11.       Basadas en la fe: Si su misión va de la mano con la tuya, puedes colaborar con instituciones religiosas locales. Los lugares de adoración a menudo se consideran recursos importantes para una comunidad, y tienen congregaciones con diversas habilidades.

 

En cada una de estas organizaciones hay personas que conocen más acerca de la comunidad que tú. Como líderes de iglesia, podemos aprender sobre nuestra comunidad de otras organizaciones locales que cuidan de ella. Levanta el teléfono. Llama a las organizaciones e instituciones de tu área y aprende sobre la misión que tienen. A continuación encontrarás una lista de las organizaciones e instituciones comunitarias que puedes contactar:

·           Funcionarios gubernamentales locales

·           Pastores

·           Miembros de la justa del colegio

·           Cámara de comercio

·           Instituciones de servicio comunitario

·           Colegios / administradores

·           Policías / bomberos

·           Hospitales y profesionales de la salud

 

Jerome Hurst es el pastor principal de la iglesia Ethnan Temple Seventh-day Adventist Church en Wilinsburg, Pennsylvania, y el director del Servicio Comunitario, y Asuntos Públicos y Libertades Religiosas de la Conferencia Allegheny West. En reconocimiento por su profunda participación en el ministerio comunitario, Hurst fue aceptado en la Junta de Predicadores del Dr. Martin Luther King Jr. en Morehouse College y también fue elegido para servir como primer vicepresidente del Capítulo de Cleveland de la NAACP.

 

Este artículo es un extracto del libro que está recientemente disponible, llamado: Multiplicar. El libro Multiplicar es un regalo de la Asociación Ministerial de la División Norteamericana para todos los pastores y pastores laicos voluntarios. Para obtener el libro sin costo alguno, contacte al director ministerial, o a la secretaria de su conferencia local.

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