Cómo comenzar un ministerio de apoyo a refugiados en tu iglesia: la perspectiva de un pastor

Desde 2017 la iglesia Sligo ha estado ayudando a familias refugiadas provenientes de Siria, Irak, Afganistán, Yemen, Sudán y Etiopía buscando departamentos, proveyendo provisiones y artículos para el hogar, y útiles escolares para niños. Durante este tiempo hemos tenido el privilegio de conocer más de 50 familias de refugiados, y más de 250 individuos que una vez fueron extranjeros y ahora podemos llamar amigos. Por la gracia de Dios, el Ministerio de Apoyo de Refugiados de Sligo ha podido distribuir más de 1000 elementos a familias refugiadas necesitadas. Si te gustaría comenzar un ministerio de apoyo a refugiados en tu iglesia, aquí hay algunos pasos que puedes dar.

Evalúa los medios de tu iglesia y de las familias refugiadas

Al apoyar a los refugiados en nuestras comunidades, tenemos que asegurarnos de comenzar con suposiciones correctas. Si tu iglesia comienza con el concepto de que los refugiados reubicados son un problema que hay que arreglar, podemos asignar inadvertidamente a los refugiados etiquetas que no serán útiles. Esas etiquetas pueden ser términos desdeñosos como “inmigrantes ilegales” o “extremistas”. Esas etiquetas son términos provenientes del sensacionalismo y crean una separación entre la comunidad eclesial y las familias de refugiados.

ADRA Internacional resalta que buscar asilo en otros países es un derecho humano reconocido por el artículo 14 de la Declaración de los Derechos Humanos. Los países que han ratificado la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 están obligados a proteger a los refugiados en su territorio. 

Es más, dicha convención (y su protocolo de 1967) declara: “…un refugiado no debería ser enviado de regreso a un país donde enfrente amenazas serias a su vida o su libertad. Esto es considerado ahora una norma consuetudinaria internacional”. 

Como proponen los defensores del Desarrollo comunitario basado en activos,  la mejor manera de transformar una comunidad es preguntar: ¿Qué puede hacer esta comunidad por sí misma para lograr sus objetivos y sueños? Muchas familias refugiadas que hemos conocido por medio del ministerio de apoyo a refugiados de Sligo están altamente capacitadas, motivadas y deseosas de usar sus experiencias de vida para crear un futuro mejor para ellos mismos aquí en los Estados Unidos. Nos hemos puesto en contacto con ingenieros eléctricos, veterinarios, comerciantes, chefs y científicos que tienen un tremendo nivel de habilidad y capital intelectual. Por medio de nuestro ministerio, hemos conocido a más de 50 familias y a más de 250 personas, y en cada conversación, sin excepción, los refugiados han expresado cuán agradecidos están a los Estados Unidos por darles asilo.

Como resultado, el ministerio de apoyo a refugiados de Sligo busca usar los dones y talentos que Dios le ha dado a las familias refugiadas y conectarlos con los dones y talentos que tienen los miembros de nuestra iglesia. Una estrategia así se enfoca en suplir las necesidades de las familias de refugiados sin olvidar los dones y talentos que ellos tienen para ofrecer. En todos nuestros proyectos de asistencia, las familias de refugiados han ayudado a crear redes, traducir e interpretar, ayudar con distribución, y cuidar a las familias que queremos ayudar.

Aquí hay algunas preguntas que puedes hacer cuando buscas evaluar los activos de tu iglesia y de las familias de refugiados a quienes te sientes llamado a apoyar: 

1. ¿Hemos completado un mapa de activos en nuestra comunidad para ver con qué organizaciones nuestra iglesia puede trabajar/asociarse para obtener recursos?

2. ¿Cómo podemos crear un espacio donde escuchar a las familias de refugiados y descubrir qué quieren cambiar?

3. ¿Cómo podemos reclutar los dones y talentos de las familias de refugiados para su participación en los programas comunitarios de las iglesias?

4. ¿Hemos creado un plan con voluntarios de la iglesia para reclutar sus dones y talentos, y así energizar y movilizar a la congregación?

Conoce tu estado

Antes de comenzar un ministerio de apoyo a refugiados en tu iglesia, necesitas evaluar cómo es el estado en el que vives, y comprender mejor las realidades sobre los refugiados en tu contexto misionero.

Una muy buena fuente de información es el Refugee Processing Center (RPC) [Centro de Procesamiento de Refugiados]. El RPC es dirigido por la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado (DS) de los Estados Unidos, en la sección Rosslyn de Arlington, Virginia, EE.UU. Tu iglesia puede utilizar el sitio web de RPC para identificar cuántos refugiados han sido admitidos en tu estado, usando su herramienta interactiva gratuita. Puedes encontrar esta información en https://ireports.wrapsnet.org/Interactive-Reporting/EnumType/Report?ItemPath=/rpt_WebArrivalsReports/Map%20-%20Arrivals%20by%20State%20and%20Nationality

 

La hospitalidad y el humus

Quienes servimos como voluntarios en el ministerio de apoyo a refugiados de Sligo descubrimos que surgieron amistades con las familias de refugiados, y que esas amistades crecieron rápidamente. También descubrimos que al servir con ellos, nos consideraron sus amigos inmediatamente, ya que la generosidad es un valor importante en sus culturas.

Como resultado, las familias de refugiados a menudo buscan hacer favores a nuestros voluntarios que acababan de dejar un regalo de bienvenida, provisiones o útiles escolares. A menudo los invitan a comer o los animan a volver a sus hogares en un horario más cercano al almuerzo o la cena. Notamos que las familias de refugiados se sentían endeudadas a devolver el “favor” por la generosidad que experimentaban por medio del ministerio de apoyo a refugiados de Sligo.

Al extender su propia generosidad, las familias de refugiados podían expresar su aprecio, lo cual es una virtud esencial para cualquier persona de buena reputación en Medio Oriente. Para nuestros voluntarios, compartir una comida con una familia de refugiados era algo divertido, pero al mismo tiempo estresante, ya que muchos de ellos nunca habían sido invitados personalmente al hogar de un musulmán a comer. Esas visitas fueron enriquecedoras y memorables para todo voluntario adventista con deseos de convivir bien con los refugiados en su comunidad. 

Aquí hay algunos consejos prácticos en base a lo que hemos aprendido en esas comidas compartidas:

·      Bebidas: nunca estuvimos mucho tiempo en un hogar sin que nos ofrezcan algo para beber. Se nos ofrecía café o té, y se esperaba que los invitados aceptaran lo que se les ofrecía. Como algunos adventistas pueden no beber café ni té, se consideraba apropiado pedir agua como alternativa.

·      Comida: al llegar a un hogar para cenar, se acostumbra conversar antes de la comida. Espera que se sirva una gran cantidad de comida, ya que es una oportunidad de demostrar generosidad y respeto a los invitados. Las entradas a menudo son vegetarianas y pueden incluir una ensalada con aderezos tradicionales como humus (aderezo de garbanzos) o baba ganoush (aderezo de berenjena). Puedes esperar que la comida principal sea con carne. Si eres vegetariano, no dudes en hacérselo saber al anfitrión cuando te invite. Nota que los musulmanes tienen prohibido comer cerdo y tomar alcohol.

·      Modales: es importante sentarse correctamente y no estar encorvado. Cuando saludas a alguien, debes darle un apretón de manos. Cuando se presenta un hombre a una mujer musulmana, la mujer debe decidir si va a saludar con un apretón de manos o no. También es costumbre sacarse el calzado antes de entrar a la casa, ya que las oraciones (salaat) se llevan a cabo en el piso de la sala de estar. Es apropiado que los voluntarios se vistan de manera modesta al visitar un hogar musulmán. Por respeto, debería tener cubiertos los hombros y las rodillas. No te sorprendas si una mujer musulmana no quiere sacarse una foto, ya que se considera una falta de respeto sacarle una foto a una mujer sin preguntar antes.

Temas de conversación

Al pasar tiempo con una familia de refugiados, ¿de qué pueden hablar? Aquí hay algunas ideas:

·      Pregúntales sobre su familia en los Estados Unidos, y en su país de origen.

·      Hablen sobre su estilo de vida, incluyendo sus comidas preferidas y cómo prepararlas.

·      La oración es esencial en la fe de un musulmán; pregúntales qué significa la oración para ellos, y qué repercusión tiene en su vida diaria.

·      Pregúntales sobre su viaje como refugiados y cómo creen que Dios los cuidó al reubicarse en una nueva tierra.

·      Pregúntales cómo les está yendo a sus hijos en el colegio, y cómo se están acostumbrando a una nueva institución académica.

·      Muchas familias de refugiados usar la aplicación “Google Translate” para comunicarse. Puedes practicar inglés con la familia, ya que muchos de ellos quieren mejorar sus habilidades comunicativas.

 

Joseph Khabbaz, MDiv, es el vicepresidente de vida espiritual y capellán de Southern Adventist University. Anteriormente, se desempeñó como pastor de jóvenes y adultos jóvenes en la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Sligo en Takoma Park, Maryland. El ministerio de apoyo a los refugiados de Sligo Church ha ayudado a mantener a más de cuarenta familias y 250 personas en el estado de Maryland durante los últimos tres años.

Este artículo es un extracto del libro Multiplica, recientemente disponible. El libro Multiplica es un regalo de la Asociación Ministerial de la División Norteamericana para todos los pastores y pastores laicos voluntarios. Para obtener el libro sin costo, comuníquese con el director ministerial o el secretario de su conferencia.

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