No debería ser una opción

¡La proclamación no tiene sustituto! Si queremos que las personas aprendan del amor de Jesús y de su gracia que ofrece gratuitamente a cada uno de nosotros pecadores, tenemos que no solo mostrárselo con nuestras acciones sino también con nuestras palabras. Si queremos que las personas comprendan el plan de redención y la orden de Jesús de amar a los demás, así como la esperanza de su segunda venida y una resurrección, tenemos que hablarles de estas cosas. Si realmente queremos que vivan vidas más saludables y que dediquen tiempo a adorar y descansar en sábado, tenemos que permitirles que lo sepan.

Como así tampoco existe un sustituto para invitar a las personas a que acepten a Jesús y se unan al cuerpo de Cristo, la iglesia, por medio del bautismo. Si queremos que las personas acepten a Cristo como Señor y Salvador, se comprometan públicamente por medio del bautismo y se unan a la iglesia, tenemos que estar dispuestos a dar la invitación a los que aún no han tomado esa decisión.

Si predicamos sermones maravillosos y nadie acepta a Jesús, es bautizado y se une a la iglesia como resultado de nuestra predicación, quizá solo estamos dando discursos. Si producimos maravillosos programas en la iglesia y como resultado de esos programas no se toman decisiones por Cristo, quizá solo estamos poniendo en escena un espectáculo religioso sin misión. La razón por la que Cristo vino a esta tierra, murió, fundó la iglesia y nos pidió que proclamemos el evangelio es para que la gente lo acepte, sea bautizada y salvada. Si no brindamos oportunidades de que esto se haga realidad con regularidad por medio de nuestras iglesias, puede que no estemos haciendo justicia alguna a Cristo, la iglesia, nuestros programas y predicaciones.

Resultado de Evangelismo #5 – Brindar cada año oportunidades múltiples para que las personas tomen la decisión de seguir a Cristo por medio del bautismo y la membresía

Durante los últimos tres años (2015-2018), hemos hecho encuestas y analizado, con miles de pastores, miembros y líderes de la iglesia, cinco resultados que podrían revolucionar la misión y el evangelismo en Norteamérica. El quinto es de vital importancia para la iglesia. Por favor, siga leyendo:

Cada año, brinde oportunidades múltiples para que las personas tomen la decisión de seguir a Cristo por medio del bautismo y la membresía: El 77 por ciento calificó este resultado con al menos un 7 en una escala del 1-10. No podemos darnos el lujo de ser la iglesia de Dios, habiéndosenos confiado con un evangelio tan transformador, y aun así no invitar a las personas de manera periódica y constante para que acepte al Salvador y se una a la iglesia.

Las buenas noticias tienen que ser compartidas de alguna manera, porque todos tienen que saberlas. Es por ello que me gustaría animar a cada pastor y líder laico capaz en Norteamérica para que encuentre maneras de trabajar para mantener constantemente la invitación, de muchas maneras diferentes y con tacto, antes aquellos que aún no la han tomado.

En lo que respecta al evangelismo de proclamación, una manera o forma no se aplica a todos los casos. Quizá esta es una de las razones por las cuales el evangelismo de proclamación ha llegado a ser una carga tan grande para algunos, porque sentimos que tenemos que hacer lo que los demás han hecho, y tener el mismo éxito que otros han tenido. Está bien aplicar principios que funcionen, pero sin embargo, no estamos obligados a seguir una escuela que no se aplique a nuestro contexto.

Usted no tiene que luchar contra el gigante vestido con la armadura del rey Saúl. Encuentre por favor algo que funcione en su contexto y póngalo en práctica. Conozco iglesias que utilizan sus fondos para bendecir a la comunidad por medio de un evangelismo personificado y hacen que cada sábado sea un culto de evangelización, teniendo siempre presentes las necesidades de los que no suelen asistir a la iglesia. Sé de pastores que han usado con éxito un Gimnasio de CrossFit durante una semana para presentar el evangelio a los entusiastas de la salud. Sé de familias que invitan a sus amigos y vecinos a encuentros más pequeños en la privacidad de sus hogares y les presentan el evangelio de una manera muy informal que resulta efectiva.

Como iglesia corporativa, tenemos que dar permiso organizacional y flexibilidad a los pastores y miembros de iglesia, para que creen patrones efectivos para la proclamación del evangelio. Una proclamación que cuenta la historia, permite que las personas sepan de Jesús, les la oportunidad de aceptarlo como Salvador y Señor y brinda especio para que ellos lleguen a ser parte del cuerpo de Cristo. Si algo no funciona, tome nota de ello, haga los cambios necesarios y pruebe otra vez. Está bien probar diferentes métodos y emitir diferentes clases de invitaciones y llamados; lo que no está bien es pasarse todo el año predicando, llevando a cabo cultos y programas en la iglesia, sin dar a las personas oportunidades de aceptar a Jesús, ser bautizadas y unirse a la iglesia. No invitar a las personas para que tomen una decisión y se unan a la iglesia no debería ser una opción para los pastores, predicadores, líderes laicos e iglesias de Norteamérica.

Por favor, analice este resultado con su iglesia y la manera de hacerlo una realidad para alcanzar a las personas que aún no han tomado una decisión por Cristo y la Iglesia Adventista en su comunidad.

El pastor José Cortés Jr., es director asociado de la Asociación Ministerial y está al frente de Evangelismo, Plantación de Iglesias y Misión Global/Adventista de la División Norteamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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