¡Socorro, mi vecino es musulmán!

Los días de tener que cruzar por los mares hasta tierras lejanas y exóticas para encontrarse con musulmanes son cosa del pasado. El islamismo representa una cuarta parte del mundo (23 por ciento), y los musulmanes están en todas partes. Es probable que uno de los médicos de su hijo sea musulmán, que en la última semana lo transportó un conductor de Uber musulmán, o que está por aparecer un nuevo restaurante en su vecindario con el cartel de halal que denota la oferta de carnes limpias.

Acaso algunos de ustedes están entre aquellos a los que les gustaría regresar a los “buenos y viejos tiempos” en los que cada persona se ocupaba tan solo de sus cosas en compartimentos estancos. No obstante, si reflexionan con detenimiento en el significado de los cambios en el panorama social, podrán ver que la mano de Dios está actuando detrás de los eventos actuales.

Dado que en la División Norteamericana se encuentra representada la mayoría de los grupos no alcanzados del mundo, imaginen conmigo por un momento qué impacto para la misión podríamos tener en la plataforma del mundo al alcanzar al mundo que está al lado de nosotros.

Sí, al lado de nosotros. Dios ha facilitado esto al colocar una mezquita a corta distancia de su iglesia, o acaso un joven kurdo o iraní ha pasado y le ha pedido hablar con usted después del sermón del sábado. Y usted, que es pastor, ahora desea que en esa clase que tuvo sobre Religiones Comparadas, hubiera recibido más herramientas para interactuar con los musulmanes.

 Tres puntos claves de contacto y divergencia

Las áreas comunes no son simplemente áreas de acuerdo entre las religiones sino señales de actividad divina entre los musulmanes; son señales de que Dios ha dejado como puentes para encontrarnos con los musulmanes y pasar del terreno común a uno superior.

· ¿Quién es Dios? El lugar más fundamental en el que se encuentran los creyentes es Dios. Comprender la visión de Dios nos ayuda a ver varios temas fundamentales: ¿Qué es el bien, qué es lo que salió mal y cuál es la solución para que vuelva a lo correcto? ¿Qué clase de relación es posible entre Dios y el ser humano? ¿Cómo se pone fin al mal? ¿Qué carácter, leyes y gobierno tiene Dios? Dios (Alá, en árabe), es conocido como el Dios Creador, el Dios que llamó a Abraham para que fuera su testigo/profeta entre las naciones. La misión de Abraham es compartida por todos los profetas subsiguientes: proclamar la unicidad de Dios, la severidad del Día del Juicio para aquellos que desobedecen, y promover la vida virtuosa de hacer el bien. El Día del Juicio es tan fundamental para los musulmanes, que el Corán tiene 25 nombres para referirse a él.

El énfasis principal del Corán está en el poder de Dios: tanto la creación como el juicio dan testimonio de él. Y sin embargo, es un error no ver características como la misericordia, el perdón y la compasión como fundamentales para comprender a Dios. A diferencia de algunos cristianos que piensan que Alá es el dios luna de los árabes paganos, los musulmanes no tienen problemas en decir que todos adoramos el mismo Dios (véase Corán 29:46, donde dice: “Creemos en lo que nos ha sido revelado y en lo que os ha sido revelado, y nuestro Dios y vuestro Dios es uno y el mismo; a él nos sometemos”). La diferencia irreconciliable proviene cuando articulamos cómo comprendemos la identidad del Dios trino de Abraham y el lugar de Jesús como intrínseco a la identidad divina y no un profeta o segundo Dios. El terreno superior aquí consiste en abrir las cuestiones presentadas en el Gran Conflicto, para mostrar que se puede confiar en nuestro Dios amante.

· Dios es el Rey del Universo, un Señor justo y misericordioso que gobierna sobre sus siervos/adoradores. En el islamismo, no se utiliza un lenguaje familiar porque ese borraría la distancia entre nosotros y Dios, de manera que las metáforas de Dios como Padre, nosotros como sus hijos y Jesús como Hijo no son comprendidas, y a menudo son interpretadas como si estuviéramos erróneamente aduciendo algún tipo de relación física con Dios. Es algo que necesitamos explicar: “Cuando ustedes nos escuchar orar al Padre, estamos reconociendo que Dios es como un Padre para todos nosotros, y que todos sus hermanos como parte de la humanidad”. “Lo que decimos cuando decimos que somos hijos de Dios es que desde la creación, es el propósito de Dios de que todos seamos una familia, unidos por vínculos de confianza”. “Cuando ustedes leen que Jesús es el Hijo de Dios, eso no implica que Dios tuvo algún tipo de relación física con su sierva María, sino que la cercanía entre Dios y Jesús puede comprenderse mejor mediante la cercanía que tiene un Padre y un Hijo que se aman mutua y profundamente”. El terreno superior aquí es la naturaleza relacional e íntima de Dios. Él lo ha hecho posible, al quitar el muro de separación cuando envió a Jesús.

· ¿Qué salió mal con la raza humana? La materia deficiente. Sí, el ser humano fue creado del barro, que es débil, por lo que se olvida. Cuando se olvida, peca. La ignorancia es su problema, la orientación es la solución. El terreno superior en este caso es señalar que el ser humano fue creado a imagen de Dios, con un extremadamente elevado valor y libertad, pero quedó atrapado en la rebelión. El problema no es intelectual sino relacional. Dios nos ofrece un nuevo corazón para recuperar la intención original de la compañía cercana. Esa senda pasa por medio de Jesús, que es el designado como el camino de regreso a Dios. Jesús es el nuevo Adán, el originador de una nueva humanidad. Jesús es el Verbo de Dios hecho carne, para que así podamos conocer la verdad de Dios.

 · ¿Qué misión le encomendó Dios a Abraham y sus descendientes? Dios envió a Abraham para crear una nueva comunidad unida por los vínculos de la fe. Los hijos de Abraham se esparcirían por todo el mundo al igual que los de Noé, llamando a las personas para que vuelvan a Dios y reciban los medios que él ha provisto para protegerlos de la era del mal. El terreno superior es señalar que la bendición encomendada a Abraham señalaba la simiente de la mujer, una que borraría los pecados de las personas y les daría su Espíritu para que escogieran la obediencia en lugar de sus deseos pecaminosos. Dios ama al mundo y ha preparado un plan para salvarlo.

Plan básico de acción para la interacción

¿Qué puede hacer? Aquí comparto cuatro ideas simples y nada costosas.

1- Visite su mezquita local, preséntese y pregunte al imán si le permite orar para que la bendición de Abraham sea sobre él y su pueblo.

2- Pregunte al imán local si usted puede acompañarlo un viernes de noche para entonces invitarlo a comer y compartir de qué manera su papel de pastor coincide con la de él, preguntándole cómo hace frente a desafíos similares. 

3- Ofrezca su hospitalidad, invite al imán local a comer afuera en el restaurante favorito de él y llegue a conocerlo, informándose de los desafíos y proyectos de su congregación. Ore dirigiendo su oración a Dios antes de la comida.

4- Pida a los líderes de la mezquita si están interesados en una Feria de Salud, a la que podría seguirle un plan para dejar de fumar antes del mes de ayuno (Ramadán).

Si usted está interesado en recibir más información o apoyo para movilizar a su iglesia a un ministerio local entre los musulmanes, comuníquese con la coordinadora de Relaciones Adventista-Musulmanas de la División Norteamericana (Gaby Phillips) a gabrielaphillips@nadadventist.org, o llame al 423 994 8300

Previous
Previous

Compasión en Oshkosh

Next
Next

Repensemos la Escuela Bíblica de Vacaciones